“Y pegue, y pegue, y pegue ‘deca’ pegue”. La infame canción que no sólo entonan los hinchas de Atlético sino de cualquier equipo en Argentina, esta vez no hizo falta para que Atlético y Chacarita se pegaran. Y cómo se pegaron.
El permisivo arbitraje de Luis Álvarez fue la campana que se escucha antes de cada round en las peleas de boxeo para que comience el show de las patadas.
El primero en padecerlo fue Cristian Milla que si bien no recibió ningún golpe artero, sufrió la fricción de un partido caliente y se fue del campo de juego a los 17 minutos del primer tiempo. Al delantero se le quedó enganchada su rodilla derecha y se le terminó doblando, quedando comprometida.
Luego del partido, Mario Galván, médico de Chacarita, confirmó la gravedad de la lesión y aunque supeditó su diagnóstico todo a la resonancia que se le realizará hoy, Aníbal Biggeri, su técnico, se imaginó lo peor. “(Lo de Milla) es preocupante. Muy preocupante”, se limitó a decir el entrenador.
Si se confirma la rotura de ligamentos cruzados, lo que temía Biggeri, sería la tercera en dos meses para el “funebrero” luego de que Cristian Bordacahar lo sufriera en el partido contra Boca Unidos y el defensor Franco Racca, en febrero.
Hartos de los golpes, el plantel visitó el 18 de febrero la Basílica de Luján para pedir que acaben las lesiones, según informó el programa partidario “La gloriosa tricolor”. “Estoy muy amargado, no puedo disfrutar ningún partido”, añadió un abatido Biggeri.
Pero “Chaca” también pegó. Bruno Bianchi recibió su parte sobre el lateral derecho: un planchazo de Nazareno Mariescurrena que hizo gritar al defensor.
Más tarde, Gonzalo Roncaniere desestabilizó en el aire a Cristian Menéndez, que cayó desarmado en el área, golpeándose en las costillas. Aún así, pudo patear el penal y convertir en el rebote.
Rodrigo Mieres también quedó con su pie derecho clavado en el césped al intentar frenarse y terminó sufriendo por ahora “una fuerte contractura en el isquiotibial derecho”, según Patricio Peralta, el kinesiólogo que lo atendió en el campo. “Podría ser un desgarro”, agregó Marcelo Montoya, el médico. El defensor se sacará las dudas con los estudios que se hará hoy,
“Fue un partido áspero y rápido y parte de eso lo propusimos nosotros. Igual el árbitro dejó pegar mucho”, confesó Bianchi tras el partido. Esa rapidez, hacía que pocos jugadores se midieran a la hora de llegar a marcar. La velocidad de la jugada previa al empate de Chacarita, hizo que Cristian Lucchetti se llevara puesto a Elías Zapata. Los tres amonestados suenan irrisorios: Álvarez dejó pegar. Por eso, Atlético y Chacarita se pegaron.